El balance del Sevilla FC de Mendilíbar en este primer mes de competición no debería dejar indiferente a nadie.
Tras el meritorio y muy digno partido ante el transatlántico millonario celeste del City (desequilibró la falta de calidad de nuestro principal delantero con sus pies y el cara o cruz de los penales) llegaron las debacles de Vitoria y Girona a modo de bofetada de realidad de lo que ha sido una planificación tardía y muy convulsa. Nuestro Club ostenta el dudoso honor de ser el equipo con más movimientos de salida y entrada en la plantilla. Lastrada con numerosos "no jugadores" a los que ha ido que ir buscando acomodo , muchos de ellos con fichas tan jugosas que hacían poco apetecible cualquier movimiento a otras latitudes.
En el otro lado, las llegadas de nuevos efectivos con las consabidas adaptaciones y nuevos ajustes y automatismos a aprender y llevar a la práctica. En definitiva , engrasar y poner en marcha un año más una nueva maquinaria, sin contar con la estructura o base sólida de continuidad que aportaban jugadores fijos que se han tenido que vender a la fuerza para cuadrar balance y números. Se venden Diego Carlos, Kounde y este año Bono ¿ y vienen.....?. Hasta ahora lo que llega empeora lo que había. El cacareado "vender para crecer" de cara a la galería , no sirve ya para camuflar un modelo deficitario que da pérdidas a pesar de entrar 4 años consecutivos en la Uefa Champions League.
Pero volviendo al terreno deportivo, los numeros de este inicio de campaña han resultado ser los peores desde varios lustros. Al menos la victoria balsámica y sufrida ante la Unión Deportiva Las Palmas fue un transitorio balón de oxígeno que deberia tener continuidad en Pamplona , con Almería y Rayo. Todo lo que no sea sumar al menos 7 de 9 será preocupante por lo que viene después.
Tiene que afinar y mucho Mendi, con sus planteamientos, sus convicciones y hasta prejuicios. El fútbol de hoy exige versatilidad y adaptación continua al cambio . Agilidad y saber leer los partidos y reaccionar. Nada de esto se ve en el banquillo rojiblanco.
¿Oyen el run run...? Aplíquese señor Mendi.