(Por Luis Báez).
Apretó y de que manera el equipo galo el día en el que quiso tumbar al Grande de Andalucía. Sus complices: el frío , la niebla y el incondicional empuje de su afición.

Resistió nuestro Sevilla Fútbol Club.
Empezamos con la suerte dando la espalda de la mano de un penalty de libro "omitido" por el juez de la contienda. Y con un disparo al palo largo del guardameta galo que de haber entrado hubiera supuesto un mazazo casi definitivo al encuentro. Pero ni una cosa ni la otra.

El Olympique, capitaneado por un sublime Valbuena (en la primera parte, en la segunda se diluyó como azucarillo) apretó con sendos remates al larguero.
La llegada del descanso primero y el posterior transcurso de los minutos fue dando paso a la desesperación y a la desazón francesa. Y dando alas y fortaleza a nuestro Grupo, que supo competir en un partido duro, de mucho oficio, en un campo hostil.

Salto estratégico en Champions: 6 años después volvemos a los octavos de final de la competición de clubs más importante del mundo. 6 años más tarde, tenemos delante una nueva oportunidad de seguir haciendo Historia de la Grande.
Pero urge reforzar el bloque y dotarlo de pegada arriba. Lagunas haberlas hay las. Un killer del área es más necesario que nunca. El nivel actual de los hombres de arriba, dista muchísimo del que teníamos con las duplas O fabuloso - Kanouté, o Bacca- Gameiro. Sin contar con otros delanteros como Negredo o Iago Aspas que también mejoran lo que hoy tenemos.
Sea cual sea el rival del sorteo del lunes, será muy complicado.
En eliminatorias de otros años, con rivales no de la primera línea, sucumbimos.
Este año toca ya dar ese paso más y que los rivales europeos se estremezcan con la llegada del PENTACAMPEÓN europeo, sólo con escuchar su nombre...
La olla a presión del coliseo nervionense hará el resto, llevándote en volandas por siempre a ganar.