(Por Antonio Calderón)

El partido o mejor dicho, el mamarracho de partido que ayer jugó nuestro equipo en Bilbao, demuestra el enajenación mental, en cuanto a sistema de juego que tiene al dia de hoy nuestro entrenador, desconcierto que transmite a todo el equipo, cuya guinda es la autoexpulsión de Sirigu, un portero en teoría experimentado, italiano por más señas e internacional con la Squadra Azzurra y que venía a disputarle el puesto a un Sergio Rico que sigue sin tener competencia. Un equipo sin alma, sin la actitud, ni agresividad, ni físico del que hacían gala los equipos anteriores de Sampaoli.

Se presentaba el dia de ayer como otra oportunidad más para batir ese nefasto récord que ya va por 22 partidos en liga sin ganar fuera, es más la última vez que ganamos teníamos tan sólo tres uefas.

Ganar fuera en liga, algo que tal y como plantea actualmente los partidos nuestro entrenador, es casi imposible, basando el juego en una posesión del balón (66%) improductiva, arriesgada e inútil, sin ocasiones de gol, con tan sólo dos disparos a puerta en el dia de ayer, a esto añadir la sinrazón de las rotaciones incluida la del portero teniendo en cuenta que todavía estamos a principios de temporada.

Un entrenador al que le avala un esquema de juego más o menos definido con presión alta, defensa adelantada y que implantó desde su llegada en julio, solicitando jugadores que se adaptaran a este sistema y apartando a otros que pensaban no le eran útiles, no hablo ahora de la planificación deportiva, nefasta de momento, porque sigo teniendo fe ciega en Monchi y habrá que esperar para valorarla.

El tan avalado sistema de juego de Sampaoli, desaparece tras la locura del primer partido de liga y desde Villareal pienso que se va asemejando más al sistema Emery, tan criticado, pero claro sin la agresividad, sin el músculo y sobre todo sin esos jugadores que formaban la columna vertebral del equipo el pasado año.

Hasta ahora al dúo Sampaoli-Lillo sólo lo sostienen los resultados, ganando al Español en un partido loco, empatando en Villarreal sin tirar a puerta y gracias a Sergio Rico, ganando a las Palmas en el descuento por milagro divino, sacando un excelente resultado con la Juve pero renunciando al ataque y otra vez con Rico como protagonista, empatando y gracias, con un Eibar que terminó con nueve y ganando en una jugada a balón parado en el peor derbi jugado en los últimos años. Así llega Bilbao y cuando el resultado no es favorable pasa lo que pasa, espectáculo bochornoso, del que sólo se salva Nasri tirando del carro e intentando hacer de organizador en este sistema de juego que nadie comprende.

Pero ahí está Sampaoli, repitiendo el discurso, que hay que seguir trabajando porque la idea del partido era otra o que lo jugadores aún no se han adaptado al sistema después de tres meses, más bien creo que nuestro entrenador ni tiene las ideas claras, ni sabe que esto es europa y que se juega a otro ritmo, ¿tiempo? , mientras la pelotita entre no habrá problemas, pero si el espectáculo y el resultado es como el de Bilbao, ni los que son resultadistas lo podrán aguantar mucho más

El martes viene el Lyon partido importantísimo para seguir vivo en la Champions, espero ver otro Sevilla y aunque no me guste, prefiero que Sampaoli sea fiel a sus principios y su sistema sea más parecido al partido del Español, porque creo que visto lo visto, es lo único que al día de hoy puede dar un mejor juego con los jugadores que tenemos y con ello mejores resultados.

Esta es sólo la opinión de un aficionado al fútbol, socio del pentacampeón de Europa

Viva el Sevilla.