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29/02/2016

La crónica de Luis Rejano.

Comenzaré esta crónica digamos que por el final, pues es la mejor de las conclusiones tras le derrota de nuestro equipo ayer frente al todopoderoso Barca: SE LE PUEDE GANAR, incluso a único partido.
Y otra observación, si bien en casa se dijo que le habíamos ganado a un Barcelona 'B' ayer el equipo catalán le ganó a un Sevilla B sin Ever, Krycoviack, Carrizo o Pareja.
Pero vayamos por partes. Comenzó lo típico, fútbol control de toque del Barca, el Sevilla encerrado aguantando bien las embestidas y alguna de sus estrellas haciendo de las suyas. Pero se le cambió bien el guión al partido con una jugada de semi contragolpe llevada a la perfección y culminada por uno de los jugadores de más rendimiento de este año, el sacrificado Vitolo que la baja y la coloca perfectamente al fondo de las mayas. Creo que los algo mas de 90.000 espectadores tuvieron la sensación de que no se había adelantado cualquier equipo y que la remontada, que a la postre ocurrió, no iba a ser tan sencilla.

El guión continuó, pero ya lo escribía el Sevilla. Líneas juntas pero no encerrados, presión adelantada, solidaridad defensiva con muy buenas coberturas y salida eléctricas con valentía y fundamento. Que es distinto que con acierto. Nos faltó templanza, precisión y suerte de cara al gol (que otros lo llaman nos falta un Bacca, que es otra forma de decirlo).

Pero el mejor equipo de todos los tiempos, sabedor que era el escollo más serio que le quedaba de aquí a final de temporada para adjudicarse este título de liga, se puso el mono de trabajo, recibió su ayuda arbitral de turno y a modo de penalti, el mejor jugador de la historia, atina una vez mas con una magistral falta al perfecto borde del área (que otros dice que se come Sergio Rico, digamos que pudo hacer más y todos contentos, mucho más hizo después).
Diseñada para el. Tablas y gran primera parte.
El palo tras la reanudación del partido en forma de gol precedido de un despeje poco eficiente es mucha facilidad para el ganador reciente de 3 Champions. Pero este gran Sevilla, competitivo y con alma, no iba a regalar nada y comienza a avisarle que al treta campeón no se le cabrea. Que pasado el efectivo fútbol control, una vez no se está tan fresco físicamente, frente al equipo de la capital Andaluza, se termina pidiendo la hora porque muere luchando. Su derroche provocó importantes robos de balón, ya el Barcelona no era esa máquina perfecta y al Sevilla le faltaron 5 minutos más para empatar. Ojalá el Madrid hubiese hecho un papel tan digno frente a su eterno rival, debieron pensar ayer muchos de sus aficionados.
Pero bueno, solo queríamos dejar nuestra tarjeta de visita, ya nos meteremos en su cocina y nos tomaremos un buen potaje allá por Mayo cuando tengamos el tercer enfrentamiento de la temporada contra ellos.
Conclusión, se escaparon vivos, no son para tanto y debemos de subir unos escalones más para ganarles. Nosotros tenemos peldaños, el Barca vive instalado en la última planta de la excelencia futbolista. No lo olvidemos.
De cara al final de temporada se pone todo muy bien parar alcanzar otra semifinal de competición europea (no pido más, no soy codicioso) y vibrar en el Pizjuán como nunca soñamos y como ya solo algunos privilegiados de esta generación hemos vivido. En todo caso volvemos a sentirnos muy especiales estando en una NUEVA FINAL DE COPA DEL REY. Dicen que para que un niño mantenga los pies en el suelo hay que ponerle algo de responsabilidad sobre los hombros, llevado al fútbol, para que sigamos siendo un grande tenemos que seguir siendo exigentes, marcarnos objetivos ambiciosos y no dar una pelota por pérdida. Para ello tenemos que dar la sensación de poderle ganar al más grande y ayer se pusieron las bases de volver hacer historia (ya los eliminamos una vez en Copa y no me daba abrazos ni na con mi amigo Emilio). Pistoletazo de salida para ese buen fin de temporadas a los que estamos acostumbrados y eso sin ganar fuera (que ya empieza a ser anecdótico). Pero demostramos ayer, en el campo nuevo, que HEMOS VENIDO A QUEDARNOS, como ya sabéis que a mi me gusta decir.
Grande nuestro Sevilla.

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