Con esta plantilla, y su frágil defensa, el salir y jugar de tú a tú al Real Madrid fue un auténtico SUICIDIO.
Este tipo de partidos se tienen que hacer forzosamente de atrás para adelante. Primero, evitar encajar goles, y después... si suena la flauta, pues llevarnos un empate o una victoria en alguna jugada aislada.
El Real Madrid, y el Barcelona, tienen mucha PEGADA, la de los millones televisivos y eso equivale a tener cracks arriba que en 10 jugadas meten 9 o 10 goles. E incluso si esto primero falla, están los colegiados para con sus decisiones dejar claro quienes son los dos grandes y quienes el resto.

Por tanto, erróneo el enfoque de ayer. Este enfoque sólo es válido si se tiene una SUPERDEFENSA, férrea, consistente y compenetrada. Y esto es precisamente lo que no tenemos. La fragilidad, imprecisiones y lagunas defensivas han sido y son una tónica habitual desde el inicio de campaña y por más que pasan las jornadas no se aprecian cambios sustanciales.
Ahora, el partido importante, el vital, el del Celta de Vigo.
Crucemos los dedos para que los daños colaterales del Bernabéu no ocasionen un traspiés en casa que verdaderamente sí sería preocupante.