Esa es la cuestión.
Tuvimos apoyo, respuesta de la grada inconmensurable, dosis extra de motivación.
Tuvimos ilusión, casta y coraje.
Pero desgradeciadamente, todo insuficiente por las carencias ya sabidas de la plantilla...

No tuvimos pegada, ni veneno arriba, ni solidez defensiva. Y si esto ante cualquier rival es un factor preocupante, ante el actual Atlético de Madrid, es directamente un SUICIDIO.
Demasiada diferencia en el campo, demasiada diferencia de calidad técnica, tal y como indica la tabla clasificatoria de la competición de la regularidad (La Liga) que no es fruto de la casualidad, y que pone al final a cada uno en el lugar que le corresponde.

El rival ha tenido dos goles de dos hombres gol, Costa y Falcao.
Nosotros hemos tenido dos insuficientes goles de dos de la segunda línea, la n-ésima vez que desempeñan un rol que no les corresponde, porque esta labor han de realizarla "LOS DELANTEROS" (plural).
A día de hoy tenemos uno, que a veces está (las menos) y muchas veces no está, como ayer.
Lo de Papa Baba Diawara, no hace falta explicarlo por que ya se califica la situación por sí misma... al igual que lo de Stevanovic.

Y respecto a la solidez defensiva, pues Fazio, Botía, y las imágenes que no engañan.
En el fútbol los milagros existen pero se dan muy de vez en cuando, ya que casi siempre se impone la lógica, sobre todo en eliminatorias de 180 minutos.

A pasar página, y a centrarnos en nuestro actual objetivo de la salvación, y lo que pueda venir después bienvenido será. Por cierto, disfrutemos mientras podamos del gran Jesús Navas, porque es un privilegio contar todavía con él teniendo en cuenta el progresivo empobrecimiento de la plantilla.
Y respecto a la actuación arbitral, sin incidencia en la eliminatoria, pero con una reiterada y preocupante tendencia a quitar y restar en el minuto a minuto, la táctica del desgaste de los no jueces tal y como ya se advertía en el artículo previo a este choque.